¿De verdad es tanto pedir?

No busco un príncipe azul, ni verde ni blanco. No busco al amor de mi vida, ni a mi media naranja. Sólo quiero un chico del que poder enamorarme y que se enamore, poder arreglarme para él y que me dedique un sencillo pero sincero "Qué guapa estás"; poder mirarle a los ojos sabiendo que no ama a otra, que su corazón no tiene otra dueña más que yo. Quiero poder recuperar la ilusión de antaño, librarme del pesimismo que las experiencias me han obligado a tener y volver a ser aquella niña ilusionada que creía que se podía ser feliz. Quiero enamorarme de alguien sin tener la certeza de que no va a salir bien y que mi corazón se romperá una tercera vez. No quiero tener que volver a recoger ilusiones caídas y sueños destrozados, no quiero volver a tener que guardar las lágrimas y forzar una sonrisa. Quiero enamorarme como si fuera la primera vez y que funcione...¿De verdad es tanto pedir?

Estúpidas etiquetas

Toda mi vida me han acompañado las etiquetas, supongo que al igual que a todos. El mundo está lleno de etiquetas. Desde pequeños aprendemos a ponerla, y la técnica va mejorando. Este es raro, este es normal, este es popular, este es un marginado. Hay muchas etiquetas diferentes, pero una vez que te adjudican una, es imposible quitártela. Y muchas veces están mal puestas. Si eres diferente a la masa, si no encajas en los cánones de perfección que nos han impuesto, si eres introvertido y callado, eres raro. Si eres guay tienes que mantenerte siempre perfecto, ser ideal y no defraudar a nadie. Es triste, porque nos dicen que somos algo y al mismo tiempo nos arrebatan todo lo demás. No hay puntos medios. No puedes simplemente ser como eres, sin darle nombre, sin tener que dar una imagen permanente, sin que te critiquen por ser una cosa o la otra. Estúpidas etiquetas...

Un libro...YO, de Jordi Sierra i Fabra
Una canción...Me against the world, de Simple Plan (http://www.youtube.com/watch?v=vxrnpAmnqk4)